Si pierdo el miedo
recuérdamelo,
sabes que
mi mente tiene un cauce
y como todo río
se confunde
cuando discurre,
simulan entre mi placer
que tus besos van…
y me alcanzan de lleno
con su beneplácito,
al ocaso de un día de
lluvia,
la figura se tus labios
reverencia un brote,
un esqueje de tu compañía,
dejándome vivir incrédulo
inocente a más no poder,
en esa realidad esquiva
que sólo la imaginación afronta,
bajo la niebla aún soy yo
como un ave herida
que ha de posarse
en las ramas del alma,
soy un verde cansado
que se funde en el remanso,
soy un azul decrépito
que viene a dormir en el
agua
sin el esfuerzo mínimo
para no creerse soluble,
la luz del mediodía
derramará explicaciones
entre la arboleda,
como luz trillada por deseos,
como versículos disgustados
porque no encuentran su
canto,
su belleza seccionaría el
aire
de las esperas anidadas,
y mientras tanto
discurre una escasez de ti,
mientras cae un aguacero
en un tiempo frágil,
por eso te pido
que si pierdo el miedo…
me lo traigas a la memoria.
No sé si es preciso el miedo, quizás si es presencia, no es necesario en la memoria.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo
Como un río que fluye, tus versos, entre miedos y esperanzas, transparentes, vienen a besar la memoria preñada de certezas.
ResponderEliminarUn abrazo Sir Bran
Que el miedo se vaya que no se anide siquiera en el resquicio alguno de tu sentir, ni tu poesía.
ResponderEliminarUn abrazo.
El miedo nos paraliza y a veces no nos deja disfrutar de la belleza de los sentimientos, dejarnos llevar sin pensar que puede llegar dolor, sufrimiento..vencer el miedo y disfrutar de todo lo que la vida, el amor nos brinda..
ResponderEliminarUn placer pasearme de la mano por tus letras sin ningun miedo.
Besos
Mejor sin miedo, es la mejor manera de poder disfrutar plenamente.
ResponderEliminarBesos y susurros muy cálidos
Tus miedos y tus anhelos
ResponderEliminarfluyen por cauces
de amor y lluvia.
Deja que los brotes
se agarren con fuerza
a la rama de la esperanza.
Biquiños
El miedo forma parte de la vida, aunque ojalá no se conociera bajo ningún sentido, ¿quién no lo ha sentido alguna vez?, ese apretar que sujeta la mente y tapona los oídos, que va lentamente atrapando las neuronas y absorviendo el seso, terrible no?, pero como nada es eterno, hay que echarle valor a la cosa, coger el toro por los cuernos, ponerse el mundo por montera, y hacer un hueco a los miedos.
ResponderEliminarUn placer seguir leyendote sin miedo amigo, un abrazo.
Hola, llego a tu sitio por comentario tuyo en otro blog.
ResponderEliminarPreciosas entradas, comento esta en particular porque me gustó el tema tratado.
Los miedos ...muchas veces paralizan el cuepo, pero en otras oportunidades te advierte que algo estás haciendo mal.
Te dejo un fuerte abrazo desde Uruguay.