jueves, 2 de junio de 2011
Dueño...
Esta tristeza es mía
y la palpo, con sus vértices...
con sus ángulos fríos,
esta tristeza tiene cortes pequeños
que azuzan la quietud
y no son capaces de matar,
acoto las causas, saboreo... y disfruto
que la tristeza me haya bajado a los labios,
que ahúme el aire tránsfuga del oeste
con su esqueleto de argón pausado,
sé que me dolería el oído
si la tristeza gritara permeando,
pero ella continúa siendo mía...
y se infiltra, como el secreto de una lluvia,
por eso sabe que me duele más
estando plenamente callada,
el silencio se mancha de estrellas
de luz de otras soledades
y de quemaduras palpitantes,
es mía... ovalada y ruda,
la tristeza opaca,
la lente traslucida
que me oculta el mundo,
y querré irme otra vez...
a contemplar las olas grises
durante una hora entera,
para decir que sí,
cuando el aire sempiterno,
me pregunte rozándome la piel,
de quién es esta tristeza tan abrazada
que es capaz de ofrecerme sus jardines.
.
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Estimado Sir casi no encuentro palabras, no supe como dejarte saber... que tu escritura tiene a su haber la forma de trasportar al lector a las esquinas de tu mundo... En consecuencia creo que me haré amiga del aire que te visita y lo entibiaré urgiendo en ese jardín primavera y al florecer se torne en sonrisa cambiando su carita gris... cariño en la distancia
ResponderEliminarPrecioso.
ResponderEliminarMi dulce amigo, no dejes que esa tristeza y esa soledad enraice en tu interior, no dejes que las olas inunden de melancolía tu alma y deja que la brisa amanezca en tí con la ilusión y la esperanza de un nuevo día.
ResponderEliminarTe dejo un beso y un susurro con mucha dulzura
Buenos días tristeza, me viene a los labios, al leer tu poema cargado de melancolía.
ResponderEliminarY a pesar de la nostalgia incrustada en cada verso, su belleza asoma por todos sus ángulos.
“…y querré irme otra vez…
a contemplar las olas grises
durante una hora entera..”
dime ¿donde vas con la tristeza abrazada?
S. Bran muchos besos colmados de centelleos de júbilo.
Descrita así hasta se desea estar triste, con su silencio y su agudeza. Tus poemas siempre cargados de sentir. Abrazos.
ResponderEliminarBelleza y dolor condensados deliciosamente en tus letras.
ResponderEliminarBesiño.
Sorber el cielo a trocitos...
ResponderEliminarmientras callada
emerge la tierra de tu océano.
Siento el frío que perfila los finales
rindiéndose serenos a la sal inmensa.
Cuentas tus olas tristes
y yo busco esa tristeza
dónde...?
si las estrellas salpican toda su hermosura
en el mismo silencio que se las lleva,
y la breve espuma...
espontánea versátil y excelsa
muriendo solo para volver a nacer
tres instantes detrás de ellas,
y la leve bruma
el ritmo susurrado de dos hombros
que acompasados se juntan...
Siento olas de nostalgia más que de tristeza...
tanto...
que hoy yo podría ser una de ellas.
Besos.
Esta melancolía que abraza, como niebla espesa, diluida en tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo Sir Bran.
La tristeza tiene las alas grandes, Sir..pero vuela bajo, demasiado bajo, a ras de ahogo.
ResponderEliminarMaravilloso este poema, con una cadencia completamente inspiradora.
Es siempre un placer leerte..
Un fuerte abrazo, poeta del mar
Cuando la tristeza empapa
ResponderEliminartenemos nuestro mar
que nos da esa energía que
que nos falta.
Un abrazo desde mi mar.
Hermoso poema, aunque triste, refleja un momento que todos hemos vivido en alguna ocasión.
ResponderEliminarSALUDOS.
lo bello de la tristeza es ese nido que se incrusta en lo más hondo de uno mismo… nos palpa y nos alcanzan sus vértices, y entre sus rendijas se cuela la quietud, paisaje a veces melancólico, a veces nostálgico donde saboreamos y disfrutamos de su presencia, porque es una presencia mía, tuya, es nuestra, la de cada uno…
ResponderEliminar‘el silencio se mancha de estrellas’ que bello verso Sir… nada se puede decir sobre él, tu metáfora contiene la luz sigilosa y el brillo de lo escondido…
oculta del mundo la tristeza busca soledad, mira el oleaje en ese sentir que va y viene, y en ese ir y venir del silencio, nos paseamos por el jardín de nuestros latidos arropados por la brisa de lo ausente…
querido Sir, que riqueza de sentires callados, silenciosos, sencillos pálpitos del alma que siente y vive…
besiños