Un
silencio expectante
tímido
y vergonzoso,
sutil
ilusionista
cuyo
reino es mi entorno
apenas
los nudillos
chocan
con la guitarra
se
produce un latido
como
en un espectáculo de magia
se
ha esfumado el silencio
de
una forma educada
tras
una fulgurante reverencia
ha
bastado una cuerda
y
una nota cualquiera
para
ser archivado en la memoria
se
emborrachan los tímpanos
con
cualquier melodía
ignoran
que escuchando lo de afuera
se
pierden su concierto de autoestima.
Que forma más bella de expresarlo. Un placer volver a leerte
ResponderEliminarUn abrazo
A veces hay que abrirse al exterior. Besos.
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