sábado, 2 de octubre de 2010
Manos sin su luna...
Mis manos desprovistas, ya no pueden asir...
su fuerza se ha vuelto inocua y baldía
mientras su ternura hace montañas, quizá eternas...
desembocan en una pregunta cuando se abren
separando los dedos, con ausencia sin cuerpo,
una de mis manos apenas recorre un círculo
mientras la otra se extiende hacia la derecha,
me sobra una mano, si de repente te imagino,
y no se que hacer con ella... ante el recuerdo,
mis manos son la veracidad explícita
las que hablan cuando no deseo decir nada,
las que interpretan el calor de la rancia vendimia
de tus uvas sueltas, que se raciman metacarpianas,
de repente me referencio, incubo el ansia del tacto mixtura,
y sospecho la fusión inconclusa, del encaje de las falanges,
la música se radia, hasta la punta de mis dedos,
con la sabiduría previa... de la no continuidad,
volverá apocalíptica, y vulgarmente derrotada...
porque mis manos no sangran su parsimonia
se la quedan como si fuese su color cianótico adecuado,
ellas mantienen al alza, su vagancia para la toponimia,
y anudan tu imagen a ese acto reflejo,
sin atreverse a darle nombre...
mis manos reclaman, ante la continuidad prometida,
ante el corte de suministro, y ante el derecho a la no sequía,
vagando por antros donde nadie las seduce,
como tersos manifiestos de la inconstancia
que le cuentan a mis manos abandonadas..
relatos increíbles, de sus tiempos rebosados de compañía.
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Qué rabia da cuando las manos se desintegran. Al menos nos quedan los tímpanos para escuchar a Scorpions. Cada vez que paso por tu virtual casa, la canción me hace ponerme dulce.
ResponderEliminarAbrazos sin asir
Esas manos volverán a sentir ... te lo aseguro!!!!
ResponderEliminarTodo tiene un tiempo y llegará el tuyo o volverá!!!
Demasiado para dar... demasiado para sentir todavia!!!
Besos cielo, buen fin de semana!!!
Manos que acarician el aire.
ResponderEliminarExcelente poema, Sir Bran,
lleno de búsquedas necesarias
y encuentros anhelados...
Saludos, hoy, desde mi trasnochadora papelera!
Manos que viven ausencias.
ResponderEliminarRegresarán a estar llenas. Déjalas ser.
Alicia
Bello reflejo de tus sentimientos que siempre escarban y se hunden en la nostalgia del presente.
ResponderEliminarBesiño.
"...que le cuentan a mis manos abandonadas..
ResponderEliminarrelatos increibles...."
Las manos guardan tantas historias...
Desnudas el tacto en el sentir.
Un abrazo Sir Bran
Esas manos por momentos tan autónomas, parecen autogestionar el deseo, hablan cuando no se desea decir nada… pero luego retoman y se remiten a su dueño…
ResponderEliminarcon la sabiduría previa, o no, de la no continuidad
Me encanta Sir!
Estercita
que hermoso
ResponderEliminarAvanzan las manos
ResponderEliminarsentimientos guardados,
al anhelo de su tacto
se percibe el compás
del corazón.
Biquiños dun novo outono.
Irremediable la gravidez del recuerdo, anclando el alma y la vida,reclamando suyos los espacios,ciertamente la ternura impone su poderío, un grato placer recrearse en tan sentidas letras, saludos,
ResponderEliminarA.
Las manos se cierran como ostras tristes cuando no acarician. Las manos se hicieron antes para abrazar que para trabajar o golpear. Pero llegará el día que las manos encuentren unas manos duraderas que den buena vendimia. Uvas de cariño, vino de amor.
ResponderEliminarCuanta sensibilidad derrochan esas banos, cuanta delicadeza se desprede de sus dedos...
ResponderEliminarUn abrazo, poeta.
Bellísimo texto. Felicidades. Un saludo muy cordial, amigo.
ResponderEliminarTus manos acarician el aire, traspasan la ternura y la pasión, no necesitan palabras, para comunicar el calor y la pasión de esos momentos.
ResponderEliminarBello.
India.
la sonrisa cae en la ausencia hasta ser encontrada besitos gaviota
ResponderEliminarLa luna
ResponderEliminarLa luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir
Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas
Jaime Sabines