domingo, 25 de julio de 2010
Ejércitos...
El ejército de la velocidad no se detiene,
avanza... vulnerando la calma
y atosigado a las caricias,
sitiando a todos los actos de pasión
para verlos perecer... de pura inanición,
los ejércitos de la velocidad hacen eso,
y arrasan esos campos...
en los que florecían los sonidos agradables,
masacrando a todo momento nacido
bajo su temperatura y su ley,
los ejércitos de la velocidad opacan la luz,
bajándola peligrosamente
hacía la negrura de los mundos oscuros,
y los soldados de la calma aún se permiten sonreír
mientras se rinden sin desenvainar la espada
sin satisfacer en absoluto, a cualquier ansia de lucha
porque su fuerza es sencillamente... harina de otro costal
y les basta recordar el sabor de la palabra “despacio”
para entender que sólo son guerreros derrotados
al servicio una causa imposible de vencer.
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El sabio observa, no actúa y respira despacio..
ResponderEliminaren el ejército de la prisa o durante su periplo por la vida.
Convivir con ello y dejarse moler..
ser harina de otro costal y sentirse vencer.
Percibir la calma, esa si que es una buena batalla.
un muxu Sir
Sentir por el simple y a la vez complicado hecho de existir. Es bastante, lo es..Debería bastar con eso.
ResponderEliminargracias por pasarte (:
El ejército se arremolina ante su líder, que con soltura saca su espada al aire. Preguntándose ¿cuántas veces ha luchado por un ideal atado a un sentimiento? El bramido del ejercito, se une al viento huracanado que hace que se tambaleen como hojas de otoño en un tablero de ajedrez.
ResponderEliminarLa lucha en el campo es apasionada, el ejército se ata a la encrucijada leída en las pupilas de su líder que sabe que un nada es un imposible.
¡Qué gustazo! NO me he podido resistir a escribirte con el impulso que me has dado al leer lo que habías escrito ;) Muchos Besotes
Cuesta a veces luchar con ese ejército, sobre todo cuando la prisa nos invade negándonos la capacidad de la sensatez.
ResponderEliminarUn abrazo
Esas prisas, que no permiten Ser, sentir, despacio cada sonido de vida...
ResponderEliminar...pero tu, guerrero de espada brillante reclamas esa calma, ese anhelo...en este bello poema, que se desliza lento a pesar de ese ejercito, porque a mí me gusta leer despacio.
Un abrazo Sir Bran,
Bajo el cielo, dos seres distintos con diferentes luchas, quizás en bandos contrarios, se necesitan, se saben presentes, se presienten y se conocen. Tal vez se necesitan.
ResponderEliminarHay guerras que no merecen agresiones, simplemente limar impaciencias.
Despacio... un saludo!
Increíble imagen, Sir Bran.
Impacientes por ganar
ResponderEliminarmuchos son los ejércitos
que han perdido batallas,
quizás la fuerza resida
en hallar sabiduría
para vencer con la calma.
Biquiños