Universidad del oleaje...

Sí... esto es un presagio de soledad, lo reconozco,
se forma otra ola, como si pretendiera hablarme,
quizá dice un nombre... sin conseguir vocalizar,

la veo levantarse, acumulando agua y fuerzas,
para ir callada, camino de la orilla...

después murmura, arrastra su balbuceo, su desasosiego,
para convertir su fulgor en simple espuma defraudada,

la espuma es efímera... y desaparece, suena baldío,
por eso de nuevo otro intento, con el mismo esfuerzo,
me desnuda su persistencia... en querer hablar,

el mar no se cansa... y nunca va a hacerlo;

yo necesito el mar porque me enseña,
aunque no sepa si aprendo música o conciencia,

desconozco si genera olas, o bordea su profundidad,
pero algo tiene... enredado entre su deslumbres de sal,

puede que sea su voz ronca, su odio manifiesto al silencio,
porque en sus orillas ni siquiera existe por minutos,

el hecho es que me llena de sus vagas explicaciones,
y yo os juro que le comprendo sin esfuerzo alguno,

no intentes hablar... y limítate a ser tú mismo,
quien como yo te ame, apenas necesitará nada,

eres mi profesor de recuerdos, y alguien tiene tu misma alma,
estoy anclado, por supuesto, en la universidad de tu oleaje.