martes, 17 de septiembre de 2013

Ausencia o savia...






Dos palabras casi imperceptibles

situadas en el centro nostálgico de mi pronunciar

albergan el noble anhelo, de ser escuchadas,



por eso transito por los pesares de una ilusión

con los pies descalzos alegremente

esperando un suelo de pétalos tiernos,



escucho el suave murmuro de un momento deseado

le dejo venir a sentarse muy cerca de mi realidad

y lo inclino lo suficiente para que su savia gotee sobre ella,



este momento quiere ser justamente lo que es,

un preámbulo disconforme, un acto pendiente

una falta muy evidente, y una enorme ausencia tuya.


.

6 comentarios:

  1. Las ausencias pueden llegar a crear momentos así de mágicos,únicos e insustituibles,sí.
    Un beso.

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  2. ...con los piés descalzos
    esperando un suelo
    de pétalos tiernos.

    Bellísimo!

    Un gran abrazo

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  3. Cuanto vacío nos dejan las ausencias, cuantos instantes de deseos que no terminan de salir, como si no se atrevieran a lanzarse o si lo hacen llegan tres segundos tarde.
    Lo malo es que los caminos no suelen ser mullidos, están llenitos de piedras, pero hay que aprender a hacer los pies fuertes y resistentes a esos roces que no hagan demasiadas heridas.

    Gran descubrimiento tu casa!
    Muchas gracias por permitirme pasar y contemplar la delicadeza de tus palabras.
    Me la guardo para venir a visitarte cada vez que publiques.

    Besos mediterráneos.

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  4. y asi es este momento:

    " un preámbulo disconforme, un acto pendiente
    una falta muy evidente, y una enorme ausencia tuya"

    Si, extrañando mucho en este exilio involuntario.

    Cuántas ganas de correr al encuentro de mi oasis perpetuo. Habrá que solucionar tanta nostalgia, para que esas palabras sean al fin escuchadas.

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  5. La realidad
    áspera y rígida
    como la roca emergente
    en la orilla esperanzada
    se hace en su consciencia semieterna
    savia y arena suave
    se sal y sueños
    de presentes y perennes
    ausencias...

    Un beso...

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  6. Cada grano de arena
    [parido de la playa de las ausencias]
    encierra un acto pendiente;
    deseo soterrado, vapuleado a manos de la corriente;
    espuma rota, en el mar de una quimera.

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