Química oculta
sierva infinita, a la
que reza el retumbo
de mil truenos, privatizados
por mi miedo, por tu miedo
a ser aspirado, por las
fosas nasales de la nada,
sí, aún tengo oxígeno
para sacrificar en mis pestañas
o sobre la rosa de tus vientos
adivinando geografía, atado,
tremendamente encadenado
a una hormona loca, capaz
de inundar cualquier segundo.
Tal vez la eternidad [la auténtica] es la que vino atada a un segundo como el que describes. Tal vez la certeza [la única veraz] es la de saberse inundado, anegado de todo el deseo capaz de concebirse en lo que dura un segundo como el que describes. Tal vez, solo tal vez, a veces una fantasía nos hace sentir mas reales que nunca.
ResponderEliminarQuerido Sir: Bello poema impregnado en amor y deseo.
ResponderEliminarUn biquiño,
Rosa María Milleiro
Aunque solo sea un segundo
ResponderEliminaraspirando la química del amor
vale la pena.
Unha aperta.
Una lágrima de mis ojos, el autentico amor es el que mata y despedaza tan perfecto como la química
ResponderEliminarBonitos versos.
ResponderEliminarsí, aún tengo oxígeno
ResponderEliminarpara sacrificar en mis pestañas
me quedo con eso.
inmenso...
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