martes, 5 de agosto de 2014

Dádivas...



Cuando se repartió la noche
aún no besabas a los astros

no avisaste a mi epicentro
de que él era la víctima

no dijiste nada de las olas
ni de tu visita a Casiopea

apenas hablaste de la falta de prisa
que ahora pone cabizbaja a mi ansia

fue dolor, la nebulosa que te precedía
y será dolor, la estela de tu lejanía

lo asumo mientras me trazas una línea
no importa que sea invisible, en tus párpados

si te miro y me callo, engullo egoísmo
cierro un ojo, y todavía me siento en deuda

en ti aterrizan briznas de luz amarilla
destellos pobres, ánimas sin sentido

y voy y te admiro, así de lento cometido
en dádivas sutiles, por tu ser salpicadas .

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